Historia O.M.I.
Trayectoria
FECHA DE FUNDACION: 25 DE Enero de 1816, en Francia (Aix Provence)
FUNDADOR : San Eugenio De Mazenod, Obispo de Marsella - Francia.
CARISMA : "Evangelizarse pauperibus misist me"
Una misión cuyo objetivo es la evangelización de los más abandonados.
- Una misión que responde a necesidades urgentes de la Iglesia y que quedan sin respuesta.
- Una misión en que los Oblatos, como miembros de la Iglesia profética, colaboran en el
- cambio de todo lo que es causa de opresión y de pobreza.
- Una misión que posibilita la colaboración de los laicos y el desarrollo de su liderazgo.
- Una misión en colaboración con los Obispos y demás agentes de pastoral según el carisma nuestro.
PRESENCIA EN CHILE:
Inicio de la Misión Oblata en Chile, en diciembre de 1948, en la Oficina Salitrera de Victoria (Primera
Región).
A partir de esta fecha, los Oblatos aseguraron la atención pastoral en las diferentes oficinas de la entonces aún
floreciente industria del salitre: Victoria, Alianza, Iris, Lagunas, Granja, Don Guillermo, Cala Cala, Peña Chica, Humberstone, Santa Laura, San Enrique, Candelaria, Rica Aventura, Prosperidad... y tantos otros nombres que señalan hoy pueblos fantasmas en la Pampa del Tamarugal y que constituyeron hitos importantes en la lucha heroica del sufrido pueblo del Norte, nombres que jalonaron también la historia de los primeros años de los Oblatas en Chile.
Fundación de Radio León XIII en 1958 (primero en Victoria, después en Pozo Almonte).
En 1949, los Oblatos asumieron el Santuario de Lourdes en Cavanchaca (Iquique), en que establecieron su primer noviciado en 1956.
BREVE RESEÑA HISTÓRICA
Desde 1956, los Oblatos trabajan en la Oficina salitrera de María Elena (segunda región). Fundaron el Colegio San José en Antofagasta (1955).
Los Oblatos fundaron las siguientes parroquias: La Merced en Antofagasta (1976), Santa Cristina en Santiago (1957), Ascensión del Señor en Santiago (1963), Nuestra Señora de la Reconciliación (1970). A partir de 1955 y hasta fines de 1991 atienden la parroquia de San Juan Evangelista de Santiago.
En 1975, los Oblatos abren un prenoviciado "Emaús" en Santiago y desde 1980 empieza a funcionar el nuevo
Escolasticado oblato "Cristo Liberador" en Santiago.
En 1984 empieza a funcionar CEFOSO, Centro de Formación Social "Santa Rosa", capacitando a trabajadores y dirigentes sindicales.
Durante varios años, los Oblatos coordinaron también la Pastoral Andina, al interior de la diócesis de Iquique.
En Marzo de 1992 abren una Misión en la Zona campesina de Parral.
LOS MISIONEROS OBLATOS DE MARIA INMACULADA.
Hay muchas maneras de conocer a los Oblatos. Sus compromisos revelan lo que son.
Sus santos viven su ideal. Sus Constituciones y Reglas reflejan la gracia y la sabiduría iniciales de su Fundador: Eugenio de Mazenod, y manifiestan su dinamismo ante las urgencias del mundo de hoy.
En estas páginas encontramos numerosos principios que inspiraron su fundación.
NUESTRA LLAMADA.
El llamamiento de Jesucristo, que se deja oír en la Iglesia a través de las necesidades de salvación de los hombres, congrega a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada y los invita a seguirle y tomar parte en su misión por la palabra y por la acción.
SEGUIR A JESUCRISTO.
"Escogidos para anunciar el Evangelio de Dios" (Rom. 1,1) los Oblatos lo dejan todo para seguir a Jesucristo. Para ser sus cooperadores, se sienten obligados a conocerle más íntimamente, a identificarse con Él y a dejarle vivir en sí mismos. Esforzándose por reproducirle en la propia vida....
CON LOS MÁS ABANDONADOS.
La Congregación entera es misionera. Su primer servicio en la Iglesia es el de anunciar a Cristo y su Reino a los más abandonados. Lleva la Buena Noticia a los pueblos que todavía no la han recibido y les ayuda a descubrir a la luz del Evangelio los valores que poseen. Donde la Iglesia está ya implantada, los Oblatos se consagran a los grupos más alejados de ella.
PARA DESPERTAR LA FE.
Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir "quién es Cristo". Están siempre dispuestos a responder a las necesidades más urgentes de la Iglesia mediante varias formas de teestimonios y ministerios...
CON AUDACIA, HUMILDAD Y CONFIANZA.
Siempre acerca de la gente con la que trabajan, los Oblatos prestarán constantemente atención a las aspiraciones de la misma y a los valores que posee. No temerán presentar con claridad las exigencias del Evangelio y abrirán con audacia nuevos caminos para que el mensaje de salvación llegue a todos los hombres.
DE UNA MANERA RADICAL.
Como lo exige su misión, los Oblatos quieren seguir de forma radical el ejemplo de Jesús que fue casto y pobre y rescató el mundo con su obediencia. Así pues, por un don del Padre, escogen el camino de los consejos evangélicos.
UNA VIDA UNIFICADA.
Los Oblatos realizan la unidad de su vida sólo en Jesucristo y por Él. Están comprometidos en tareas apostólicas muy variadas y, al mismo tiempo, cada acto de su vida es ocasión de un encuentro con Cristo que por ellos se da a los otros, y por los otros, a ellos.
VIVIDA COMO UNA ORACIÓN.
Como Misioneros, alabamos al Señor según las variadas inspiraciones del Espíritu: llevamos ante Él la carga cotidiana de nuestra preocupación por aquellos a quienes somos enviados (cf. 2 Cor 11, 28). Nuestra vida entera es oración para que el Reino venga a nosotros y por nosotros.
COMUNIDAD Y MISIÓN.
Cumplimos nuestra misión en y por la comunidad a la que pertenecemos. Nuestras comunidades tienen, por tanto, carácter apostólico... A medida que va creciendo nuestra comunión de espíritu y corazón, damos testimonio ante los hombres de que Jesús vive en medio de nosotros y nos mantiene unidos para enviarnos a anunciar su Reino.
CON MARÍA INMACULADA.
María Inmaculada es la patrona de la Congregación. Dócil al Espíritu, se consagró enteramente, como sierva humilde, a la persona y a la obra del salvador. En la Virgen que recibe a Cristo para darlo al mundo del que es única esperanza, los Oblatos reconocen el modelo de la fe de la Iglesia y de la suya propia.